La pedagogía salesiana promovida por Don Bosco y que tiene su origen en el Oratorio de Valdocco, es el modelo y ejemplo que se compromete a cumplir el Colegio Técnico Salesiano Don Bosco para crear un ambiente educativo donde el Sistema Preventivo sea la base para la construcción participativa de la formación integral de los chicos, chicas, jóvenes y toda la comunidad de educativa.

Valorando el aporte de las nuevas teorías pedagógicas y los elementos propios de la pedagogía salesiana, el Colegio Técnico Salesiano “Don Bosco·” opta por el modelo constructivista – ecológico – social – humanista – técnico y salesiano.

Constructivista. El aprendizaje sustentado en este modelo, según Vygotsky, es contextualizado, compartido y socializador, el cual debe estar incorporado en el aula y taller favoreciendo un inter-aprendizaje significativo y procesual. El ambiente educativo – los recursos didácticos – el docente mediador – la participación activa de los estudiantes – la reflexión dialogada crítica y valorativa – la utilización de indicadores de logro – y las evidencias de actividades de realización son la mejor evidencia del desempeño de un aprendizaje adquirido por los estudiantes. En el constructivismo estos son los elementos que se tornan muy importantes: partir de los conocimientos previos, facilitar procesos de indagación, promover la construcción social, promover la asimilación y elaboración de evidencias de desempeño.

Ecológico. El enfoque ecológico, significa hablar de una educación que ocurre en ambientes naturales y contextuales de la vida diaria. El CTSDB trabaja en el desarrollo de potencialidades aptitudes, capacidades, habilidades, destrezas y competencias que sean funcionales.  Es una propuesta educativa que identifica las necesidades actuales y futuras de nuestros destinatarios, considerando las expectativas familiares y contexto social, cultural y laboral donde están insertos.

Así como también, se identifican y definen las competencias prioritarias que el estudiante necesita para actuar y participar con eficiencia en el mundo laboral o para que pueda continuar con sus estudios con independencia y autonomía en el futuro.  Por esta razón el currículo es elaborado para dar respuesta a las siguientes cuestiones: ¿el qué?, ¿por qué?, ¿cómo?, ¿dónde?, ¿cuándo?, ¿quién aprenderá?, ¿quién va a enseñar?

Humanista: La concepción de la enseñanza pone énfasis en los componentes personales, la autodeterminación y el desarrollo armónico de la personalidad en el marco de valores morales éticos y sociales. El enfoque humanista, en el constructivismo, permite al estudiante pensar, generar sus propias ideas, opinar, emitir juicios, experimentar por su propia cuenta, resolver problemas, reconocer su humanidad, virtudes, desaciertos, etc.  Este enfoque da la posibilidad de que el conocimiento quede impregnado, a manera de huella a lo largo de la vida. Así, el proceso de construcción y reconstrucción cognitiva, procedimental y actitudinal le otorga al ser humano un lugar en el mundo, le da valor y sentido a su existencia.

El CTSDB combina lo humanista con lo constructivista dentro del aula y el taller, la intención es generar estudiantes ávidos por indagar, construir y dar a conocer sus ideas, juicios de valor, y experiencias de aprendizaje científico, técnico, pastoral o artístico cultural  utilizando procesos creativos y diversos lenguajes acordes a su propia realidad y capacidad personal; buscamos formar estudiantes capaces de asumir sus dificultades, ponen a punto toda su capacidad creativa para resolverlo y son capaces de llegar a su cometido, generando una evidencia concreta del aprendizaje; acorde a sus necesidades y sus competencias desarrolladas.

Social: Paulo Freire afirma que la escuela no es el único espacio donde se adquiere el  conocimiento. Para el CTSDB toda acción educativa debe ir necesariamente precedida de una reflexión sobre el hombre y el entorno donde se encuentra.

Freire indica que “el hombre llega a ser sujeto gracias a una reflexión constante sobre su condición y sobre la relación con su ambiente concreto”. El estudiante del CTSDB mientras más reflexione sobre su entorno laboral y profesional, más dispuesto estará a intervenir en la realidad para conocerla, aprender de ella y buscar la manera de cambiarla o mejorarla.  Por eso todo lineamiento pedagógico debe encaminarse a fortalecer ciertos elementos que garanticen sólidos aprendizajes científicos y técnicos, posibiliten la interacción de experiencias laborales y/o pasantías, y promuevan la construcción de proyectos que respondan a reales necesidades de su entorno. Hay una estrecha relación entre el currículo escolar y las cambiantes exigencias y avances del entorno técnico profesional y laboral.

Nuestra propuesta pedagógica busca que el estudiante sea el sujeto protagonista de su propio proceso de formación integral, por ello es de capital importancia que trabaje en comunidad, en socialización con otros, que surja el diálogo y para el diálogo; y no exclusivamente para asumir la transferencia de saber. La educación salesiana y lo social están íntimamente relacionados porque desarrollan capacidades para la interacción y comunicación, para la vinculación entre la teoría y la práctica, y para la búsqueda dialógica de una solución de problemas reales que interesan a la comunidad educativa y a la comunidad local.

Técnico. Nuestro enfoque pedagógico también es técnico porque está orientado al producto, sobre la base de intenciones educativas bien determinadas y previamente establecidas, es decir, estamos preocupados por la consecución de evidencias y resultados concretos de aprendizaje deseados en los estudiantes. Y en este sentido, trabajamos para garantizar un aprendizaje técnico eficiente, efectivo y eficaz. Con la construcción de proyectos productivos, prototipos y módulos que sean el resultado de la acción y reflexión; de la teoría y la práctica; de la necesidad sentida y de la innovación creativa.

Es un enfoque pedagógico que promueve el manejo interdisciplinar; propende a la adaptación con flexibilidad laboral; Incrementa la responsabilidad del grupo en el diseño, elaboración, sistematización, funcionamiento y defensa de un producto final; Efectua procesos de seguimiento y control de calidad de su proyecto; Hace acompañamiento, humaniza las tareas, considera a las personas como el principal gestor del proceso educativo – técnico; el estudiante no es el objeto, sino el sujeto del inter-aprendizaje con una adecuada aplicación de las Tic en el proceso de enseñanza – aprendizaje, para alcanzar el aprendizaje significativo y el desarrollo de las operaciones del pensamiento que facilitan el desarrollo de las destrezas y las competencias en los estudiantes.

Salesiano.  Busca el desarrollo armónico de la persona, a través de cuatro dimensiones: Educativo Cultural, Experiencia Asociativa, Educación en la fe y Vocacional, que en su conjunto permiten alcanzar nuestro ideal de educar evangelizando y evangelizar educando, en un ambiente de familiaridad. Las cuatro dimensiones se complementan mediante cuatro ejes transversales: Animación misionera y voluntariado, Animación de las vocaciones apostólicas, Comunicación social y Movimiento Juvenil Salesiano. Este desarrollo se efectúa mediante la vivencia de los valores del ideario institucional: respeto, responsabilidad, justicia, honestidad, solidaridad, libertad, religión, amor y familiaridad (Cuadro de Referencia de la Pastoral Juvenil Salesiana, pag. 152)

El sujeto de nuestro proceso educativo es la persona reconocida en su dignidad personal y social, y el proceso educativo se hace realidad gracias a la corresponsabilidad de todos los actores sociales, que están convencidos del protagonismo infantil y juvenil, y que la razón de ser y existir de la educación salesiana es la de «formar buenos cristianos y honrados ciudadanos».

Por esto, el CTSDB trabaja el currículo nacional con enfoque pedagógico salesiano, garantizando el desarrollo integral y equilibrado de la persona, creando un currículo de formación técnica integrador que presta atención a todas las dimensiones del ser humano, armonizando la formación humana, cristiana, científica y técnica.  La acción educativo-pastoral salesiana es un proceso dinámico que se desarrolla en algunas dimensiones fundamentales, como aspectos integrantes y complementarios, son el marco de referencia antropológica, pedagógica y espiritual para el acompañamiento de los jóvenes durante el proceso de crecimiento de su humanidad en la fe.

La Pastoral Salesiana es un proceso único orientado a una meta bien identificada “Educar evangelizando y Evangelizar educando”. Este proceso se articula en cuatro aspectos fundamentales, mutuamente relacionados y complementarios, que llamamos “dimensiones” (cfr. Const. 32-37; Reg. 6-9). Ellas son el contenido vital y dinámico de la Pastoral Juvenil Salesiana y de la evangelización del currículo. Cada una de ellas tiene un objetivo específico que la hace singular, aun estando íntimamente conectadas, se integran en el dinamismo unitario dentro del proceso de aprendizaje.

En la base de este planteamiento, hay un preciso horizonte antropológico, educativo y teológico que implica una confluencia de la madurez humana, del sentido cristiano de la vida, del acceso al conocimiento, de las prácticas y desempeños en una lógica de itinerario secuencial y complejo. Las dimensiones reclaman su abordaje en cada aporte dimensional, en cada asignatura y proceso de aprendizaje. En este sentido consideramos “imprescindible” su presencia en el PCI. PCA. PUT. PUD.

Metodología


Nuestra metodología es activa, pues, además de los beneficios cognitivos y de aprendizaje que reporta según las investigaciones realizadas, proporciona a los estudiantes beneficios sociales y emocionales y lo convierte en protagonista y responsable de su aprendizaje; permite aplicar lo aprendido y promueve todas sus dimensiones; mientras, desde la práctica, va preparándole para la vida.

También consideramos que en nuestros centros educativos deben utilizarse estrategias metodológicas variadas; no atándose a un único enfoque, debido a que combinar diferentes metodologías aporta un claro beneficio al desarrollo integral del estudiante y permite una atención más eficaz a la diversidad.

ALGUNOS CRITERIOS METODOLÓGICOS BÁSICOS

Hay una serie de criterios que podemos tener en cuenta a la hora de planificar o seleccionar cualquier actividad de enseñanza-aprendizaje, como son:

  • Que los estudiantes vivan experiencias y estén activos. Hacer significa tener que pensar y decidir.
  • Favorecer que sean autónomos. Que tengan que resolver situaciones por sí mismos.
  • Que tengan que consultar varias fuentes de información diversas. No solo el libro de texto o una sola otra cosa.
  • Que tengan que comunicar lo aprendido. Oral, por escrito, gráfico o audiovisual; en soporte papel, digital…
  • Que interactúen entre sí. En parejas, grupos pequeños, grandes…, plantear problemas o situaciones reales o contextualizadas.
  • Actividades que permitan aplicar lo aprendido fuera del ámbito escolar. Para promover la transferencia.
  • Momentos, instrumentos y actividades que exijan la planificación previa y la autoevaluación por parte de los estudiantes para desarrollar el pensamiento estratégico, base de la competencia.

Caso aparte es la utilización de las TIC. Es un factor que hay que promover todo lo posible en las actividades escolares. Las TIC son las herramientas que preferentemente utilizaran los ciudadanos del siglo XXI y hemos de introducirlas en la actividad escolar como hoy lo están el lápiz, el papel y la tiza.

PROPUESTAS METODOLÓGICAS AFINES A NUESTRO ESTILO  TÉCNICO SALESIANO

Consideramos fundamental tener en cuenta las siguientes propuestas metodológicas por su afinidad con las características de nuestro estilo educativo. Para ello, nos hemos basado también en actuales avances en neurociencias, psicología cognitiva, evidencias de éxito de diferentes modelos metodológicos.

Enfoques pedagógicos

En primer lugar, hay unas opciones pedagógicas que, en línea con nuestra propuesta educativa y las orientaciones de nuestras Instituciones, han de priorizarse en nuestros centros y que iluminan las opciones método- lógicas más concretas a poner en práctica en el día a día. Estas son:

1. La inclusión

Directamente relacionado con el valor de la dignidad y realización de las personas y con los Derechos Humanos, «el enfoque inclusivo de la educación consiste en repensar la organización y las acciones educativas para promover la presencia, el rendimiento y la participación de todo el alumnado en la vida escolar, principalmente los más vulnerables a la exclusión, el fracaso escolar o la marginación, detectando y reduciendo o eliminando, para ello, las barreras que limitan dicho proceso». (Ainscow, Booth y Dyson, 2006)

Tal como se hace patente en el Seminario Intercontinental del IUS, Educación e Inclusión social: Una comprensión desde la Pedagogía Salesiana, pedagogía salesiana y educación inclusiva se dan la mano, pues «la primera y más alta intención de la acción educativa para nosotros es promover la integración, la cohesión social, la participación y la calidad de vida de todos, especialmente de los jóvenes que se encuentran en diversas formas y por diversos motivos marginados de la sociedad» (Carlo Nanni). Esto supone estructurar la escuela y la enseñanza desde este principio.

2. La prevención

Favoreciendo todas aquellas opciones pedagógicas que «preparen» al estudiante, lo «predispongan» para enfrentarse a la vida con los recursos necesarios, así como las que permitan adelantarnos y evitar las dificultades personales y escolares.

3. El desarrollo de las diferentes inteligencias

Los avances neurocognitivos han revolucionado el concepto de inteligencia, mostrando que no existe una, sino diversas inteligencias, localizadas en diferentes áreas del cerebro, interconectadas entre sí, que gestionan nuestro desenvolvimiento en diversos ámbitos de la vida. Cada individuo tiene un perfil de aprendizaje, según sus inteligencias predo- minantes y estas inteligencias pueden desarrollarse si se estimulan a través de la práctica y el aprendizaje.

Esta realidad nos reafirma en nuestro objetivo de educación integral y nuestro estilo educativo de utilizar diversos recursos y lenguajes para favorecer la educación, a la vez que permite dar mejor respuesta a la diversidad de partida del estudiantado. Consideramos que una de las finalidades principales de nuestros procesos de enseñanza-aprendizaje ha de ser el desarrollo de estas diversas inteligencias, apoyándose en las fortalezas para el crecimiento personal. Por tanto, habrá que tenerlas en cuenta y diversificar las activi- dades escolares para llegar mejor a todos los estudiantes. Además, incide directamente en el desarrollo de competencias.

4. El desarrollo de competencias

El enfoque de desarrollo de competencias en los estudiantes enlaza con nuestro deseo de ser «escuela que prepara para la vida» y con la educación en la sociedad del conocimiento del siglo XXI. Entendemos que ha de continuar siendo un eje prioritario en nuestros proyectos curriculares y debemos poner el énfasis en promover su desarrollo.

5. Evaluación formativa

Nuevas metodologías requieren repensar la evaluación. Un elemento clave para el éxito de este estilo educativo sin duda es la evaluación. Se evalúa como se enseña y se enseña como se evalúa. La evaluación es un elemento muy potente del proceso de aprendizaje.

La evaluación formativa consiste en obtener información acerca del estado de aprendizaje de cada estudiante y, a partir de ello, tomar decisiones que ayuden a mejorar el desarrollo de dicho proceso. Es importante que a través de esta forma de evaluación el estudiante vaya tomando conciencia de su propio proceso de aprendizaje y no se espere al final para comprobar los aprendizajes adquiridos.

Los siguientes principios se convierten en requisitos básicos al hablar de evaluación formativa:

  • Que cada estudiante sea protagonista de su proceso de evaluación para que de forma cada vez más autónoma tome conciencia de su propio aprendizaje.
  • Que tenga un carácter personalizado, es decir, que establezca estrategias de acuerdo con las características de cada estudiante y su proceso de aprendizaje.
  • Los procedimientos, las herramientas y los recursos de evaluación deben adecuarse al proceso en sí y no tener carácter finalista. Se hace necesario, pues, correlacionar estos procedimientos y herramientas concretas de evaluación con las metodologías que se utilicen en el aula para que el proceso de evalua- ción se convierta en un elemento formativo, sumativo y continuo.
  • La participación del estudiante en el proceso de evaluación se convierte en algo imprescindible; la autoevaluación y la coevaluación como procedimientos son clave en esta modalidad de evaluación.
  • La información sobre la marcha del propio proceso evaluativo redundará en un rendimiento de los estudiantes más eficaz y eficiente. Cada estudiante va conociendo cómo y qué aprende, y según esto va tomando las decisiones más acertadas y operativas.

Asimismo, parece fundamental una ampliación del concepto de evaluación en:

  • Elementos: que vaya más allá de la exclusiva evaluación del estudiante (la propia práctica educativa, la organización del trabajo en el aula, los recursos utilizados…).
  • Formas y protagonistas de evaluación: la autoevaluación, la co-evaluación y la evaluación externa, que conlleva la participación del estudiante.

6. Acompañamiento

Si hay algo que caracteriza a las Escuelas Salesianas son las relaciones interpersonales estrechas y el clima de familia. Entendemos que nuestras CEP, más que estructuras, son realidades vivas que existen en la medida en que crecen y se desarrollan. Por eso, no se debe cuidar solamente su organización, sino, sobre todo, fomentar su vida. En toda CEP se debe asegurar la promoción y el cuidado de las muchas modalidades de animar, de acompañar a las personas. Por este motivo, podemos hablar de un original acompañamiento pastoral salesiano. Acompañamos a las personas en diversos niveles, por medio del ambiente general, los grupos, la relación personal y el acompañamiento personal.

Este acompañamiento es un elemento clave de nuestro estilo educativo, un aspecto esencial e irrenunciable de nuestra pedagogía y del desarrollo de la misión que llevamos a cabo, y enlaza directamente con la concepción actual de acompañamiento-coaching educativo: relación continuada y sistemática de facilitación de los procesos de desarrollo de las personas, promoviendo cambios cognitivos, emocionales y conductuales que les ayuden a dar lo mejor de sí mismas y alcanzar las metas propuestas.

Acompañamos a cada uno de nuestros estudiantes y a sus familias, destinatarios de nuestra labor educativa. Y también acompañamos al profesorado tanto a nivel profesional como carismático, de modo que podamos establecer dinámicas de aprendizaje, crecimiento y mejora constante en su desempeño, en aras a que nuestra misión se de- sarrolle cada vez con mayor calidad.

MODELOS PEDAGÓGICOS AFINES

De los diversos modelos metodológicos existentes, concluimos que los tres siguientes dan respuesta a estos principios pedagógicos enumerados, y, por lo tanto, consideramos que deben estar presentes en nuestra práctica educativa de manera transversal en las diferentes etapas:

1. Aprendizaje cooperativo y aprendizaje colaborativo

Ambos favorecen en gran medida el desarrollo de la dimensión social y ética del estudiante de una forma vivenciada a la vez que prepara para trabajar en equipo en cualquier ámbito. Además de ser más eficaz para todos los estudiantes, más o menos aventajados, su filosofía y las actitudes que genera en niños y jóvenes coincide con la visión de la vida y los valores evangélicos que queremos promover desde las Escuelas Salesianas.

2. Aprendizaje dialógico / grupos interactivos

Similar al colaborativo, pero con el añadido de la presencia de adultos o compañeros mayores que orienten el diálogo y el aprendizaje en cada grupo, favorece aún más el rendimiento de todos los estudiantes en especial de los más vulnerables al fracaso escolar y coincide en su filosofía con nuestro estilo educativo: la presencia, la asistencia, la per- sonalización, el acompañamiento orientador, etc.

3. Pensamiento eficaz

Se ha avanzado mucho respecto a las estrategias de desarrollo del pensamiento. Pensar es en este momento más importante aún que en épocas anteriores. Uno de los principios pedagógicos más importantes en nuestra propuesta educativa es promover el pensamiento, especialmente el crítico. Este conjunto de programas lo facilita, ofreciendo pautas concretas para aprender a pensar a la vez que desarrolla actitudes como preguntarse, cuestionar, analizar…

Nos parece importante incorporar estas metodologías no solo al aula, sino también al trabajo de los docentes (organización, distribución de responsabilidades y roles, dinámicas de trabajo…) para aumentar nuestra eficacia y generar una cultura de centro.